Os dejamos a continuación dos experiencias del retiro de familias que se celebró los días 24 y 25 de Noviembre en las Virtudes (Villena), impartido por el sacerdote diocesano D. Francisco Beltrán.
Hola soy Lucia y tengo 9 años, vivo en Pilar de la Horadada. El pasado fin de semana participe junto con mis padres y mi hermano Alberto de 6 años en los ejercicios espirituales para familias que organizó la diócesis en Villena.
Fue un verdadero encuentro de nuestra familia con Jesús, ya que participamos juntos y con otras familias en charlas y oraciones dirigidas por D. Francisco, que nos hicieron pensar que Dios sale a nuestro encuentro, nos quiere con locura, nos lo demuestra a través de su perdón, su misericordia y tiene deseo de nuestro amor.
Unos amigos de Pilar de la Horadada nos contaron su experiencia del año anterior y nos animaron a ir, pero no nos podíamos imaginar que sería tan buena experiencia. Recibimos el afecto de todas las familias que participaron y compartimos con ellos oraciones, canciones y lo más importante, a Jesús que se hizo presente en la Eucaristía.
Las charlas que escuchamos nos hicieron pensar que Jesús es el miembro más importante de nuestra familia, que debemos rezar en familia para fortalecer nuestra fe y darla a conocer a los demás.
Mi familia y yo os animamos a vivir esta experiencia de encuentro con Jesús y como escribí en una de mis anotaciones “SI ES POR EL SEÑOR BENDITO SEA”.
Familia Samper Ruiz.
El fin de semana del 24 al 25 de noviembre, promovido por el Secretariado diocesano de Familia y Vida, un grupo de familias cristianas nos reunimos para participar en un retiro espiritual en Las Virtudes – Villena. Tuvimos la suerte de tener con nosotros a D. Francisco Beltrán, Director espiritual del Seminario menor de Orihuela; con sus orientaciones nos fue introduciendo en unas reflexiones individuales,en pareja y en grupo para revitalizar la Fe. Su mensaje fue reconocer ante todo que Jesús nos ama con locura, que está tocando nuestro corazón para que se lo abramos, no nos pide cuentas de lo que hemos hecho hasta ahora, sólo nos demanda que renazcamos a una nueva vida en el Amor.
El retiro presencial terminó aquí, pero el verdadero empieza ahora, en nuestra casa, en el trabajo,en la parroquia, en nuestra vida. La experiencia de la Fe, se tiene que vivir en comunidad, porque individualmente, es como una vela encendida que con el primer cambio de viento se puede apagar, pero si esa vela está junto a otras, se convierte en una antorcha y aquí el efecto es el contrario, cuando más viento haga más avivará. Que le pidamos a Jesús, como Bartimeo «que vea Señor» y que transmitamos la esperanza de Fe a los demás.
Damos gracias a Dios por este regalo que nos ha dado este fin de semana y a D. Francisco por su clarividencia.
Jaime y Ana (Grupo Bartimeo)